lunes, 28 de abril de 2014

Tirar del ganso, el deporte políticamente incorrecto de los Países Bajos


En todos los hornos cuecen habas... o al menos guisantes secos. Y es que aunque vivamos en un país en el que la dierenambulance opera con más premura que las ambulancias normales y en el que se colocan en los parques bloques de madera agujereados para que avispas y otros insectos felices puedan resguardarse en sus orificios para dormir calentitos, eso no significa que no exista ningún trapo sucio que podamos sacar a la luz. Sí, ellos también tienen su cabra en el campanario, su corrida de toros, su caza del zorro o sus peleas de gallos. En otras palabras, su actividad lúdica nacional basada en el maltrato de cierta especie animal. En este caso las víctimas escogidas no son otros que los gansos.

domingo, 13 de abril de 2014

Crónica de un reposo obligado o cómo sobrevivir a un accidente en los Países Bajos


En un lugar próximo a Flandes cuyo nombre despunta en toda ocasión que se mentan estupefacientes y vivanderas, no mucho tiempo ha que vivía quien estas lineas escribe y cuyos emprendimientos, al igual que los del maltrecho caballero de la Mancha, no llegaban a buen puerto jamás. Siendo su más reciente desventura una desafortunada colisión, tonta donde las haya, con su recién estrenada bicicleta. Aquí se había quedado nuestra historia, justo después del regreso desde el hospital. ¿Pero qué pasó después y, más importante, qué consejos puedes extraer de dicha experiencia si en algún momento la fortuna te depara la misma sorpresa que me deparó a mí?

viernes, 4 de abril de 2014

Un paseo gastronómico internacional sin moverse de Amsterdam


Cuando era joven, mi vida social giraba unívocamente en torno a la mezcla de un cartón de Don Simón y una botella de sky cola del Lidl. Esta delicatessen no era en ningún modo despreciada allá de donde yo vengo pues, atención al dato, cuando dejabas tu botella de plástico esperando en la calle para entrar en algún bar, siempre había alguien que se la llevaba. El caso es que esta gloriosa etapa de ocultar un calimocho paupérrimo bajo las ruedas de un coche pasó a la historia hace mucho tiempo. Desde que vivo en Amsterdam, sea la cultura del expat, el modo de vida de la tierras bajas o simplemente el hacerse mayor, parece que si quieres pasar un rato en compañía has de desembolsar mínimo cuarenta euros y siempre, siempre, ir a un restaurante. Yo que siempre fui mucho más de bebercio que de comercio seguiré añorando hasta el infinito los tiempos de la sky cola pero hay que reconocer que, puestos a mover el bigote, Holanda en general y Amsterdam en particular ofrecen una ventaja importante: para suplir las deficiencias de la cocina holandesa, muy sencillita y que no entusiasma ni a los propios nativos, albergan una variedad de restaurantes internacionales que puede dejar a más de uno (sobre todo si es de provincias, como quien suscribe) con la boca abierta. Así que, si os parece que es digna de tenerse en cuenta la opinión sesgada de una persona que no es vegetariana por ahorrarse las molestias y sólo tiene paladar para distinguir el camel del malboro, en el siguiente artículo voy a reseñar brevemente todas las cocinas internacionales que vaya probando y recomendar algunos restaurantes amsterdameses* que, o por su calidad o por su precio, merezcan la pena. Este post no está pues zanjado, sino que lo iré actualizando a medida que vaya añadiendo nuevos países a mi lista particular. Empecemos con ella pues.