Propósitos de año nuevo y una postal la mar de holandesa

El año está a punto de terminar y con él este proyecto, que me gusta ver como una guía un poco personal y de lo más heterodoxo sobre la vida en los Países Bajos, celebrará ya su primer cumpleaños. ¿En serio, ya ha pasado un añazo? Lo de celebrar por supuesto era un decir, que a pesar de tratar sobre Holanda esta página no ha adquirido todavía la nacionalidad holandesa. Lo que sí es cierto es que ha llegado la hora de hacer balance y sumarnos a la tradición universal de los propósitos de año nuevo.

Tras ilustraros con la felicitación navideña más genuinamente holandesa que jamás os podréis echar a la cara, ha llegado el momento de echar la vista atrás. Cuando empecé a construir esta página llevaba ya un año trabajando en los Países Bajos. Acababa de mudarme a un apartamento cercano al centro, ya que durante mi primer año viví en una casa compartida en medio de una autopista perdida en la remota frontera que separa Amstelveen de Aalsmeer. Y como de repente tenía más tiempo libre (de hecho, tenía por fin algo de tiempo libre) y no me venía a la cabeza ningún proyecto mejor, decidí recoger por escrito todos esos conocimientos del día a día cuya recopilación me había costado (y de hecho me sigue costando) sudor, dolores de cabeza y algún que otro disgusto para el bolsillo. Y es que cuando uno es desastroso de por sí y encima comete la osadía de mudarse a un país extraño, el nivel de desastre corre el riesgo de crecer exponencialmente hasta alcanzar cotas catastróficas. Comencé pues a registrar toda esta experiencia, muy valiosa desde mi perspectiva, y aderezarla con curiosidades y anécdotas varias. Poco a poco la página fue creciendo hasta llegar a lo que es hoy. ¿Y hasta dónde hemos llegado? Por el momento tenemos ya una buena cantidad de información (que no es nada nada comparado con tooooda la que falta), unas doscientas visitas diarias, también casi doscientos seguidores en facebook, veinte miserables eurillos ganados a google (¡y es que nadie hace nunca clic en los anuncios¡) y una persona que se pasa de vez en cuando a etiquetar todos los artículos como prescindibles. Y no sólo eso, sino que en contra de todos los propósitos iniciales, el escribir este blog me ha llevado a conocer a otra gente que se encuentra también en los Países Bajos, cada uno con su propia historia y perspectiva. Podéis consultar los blogs de muchos de ellos pulsando en la sección de blogs de la barra lateral.

Los dos objetivos principales de "Cómo llegar a Holanda" en esta nueva etapa son completar su colección de manuales para que cada día sea más difícil que nos perdamos por el camino y conseguir una mayor participación por parte de vosotros, las personas que pasáis por aquí de vez en cuando. Dejando a un lado los tutoriales más evidentes, que muchos me habéis pedido (tengo que escribir el de los transportes antes de que alguno me despelleje, pero es ya la segunda vez que me rindo tras sacar la cámara y ponerme a monologuear en la máquina de tickets ante la mirada censuradora de toda una cola a mis espaldas). ¿Qué más os gustaría encontrar en la página? ¿Qué le falta? ¿Qué le sobra? ¿Cuál es vuestra sección predilecta?

¿Os habéis enterado de algo curioso que merezca la pena divulgar? Comentádmelo. Es más, si lo que habéis averiguado en tan gordo que os apetece narrarlo de vuestra propia pluma o si habéis protagonizado una historia tan particular que todo el mundo debería conocer, no dudéis en enviarme vuestro escrito y lo publicaré gustosamente siempre que se ajuste al tono general del blog (vamos, que nos lo contéis con sentido del humor). Resulta interesante tener más de un punto de vista para todo. Coche, mascotas, niños. Estos tres temas me pillan muy pero que muy lejanos, así que a no ser que algún voluntario se levante de entre el público y decida compartir su granito de sabiduría, me temo que "Cómo llegar a Holanda" quedará huérfano en estos campos. Y no queremos que eso suceda, ¿verdad? (eheeem). Así que si os animáis a ser blogueros por un día y tenéis un relato que valga la pena, poneos en contacto conmigo. Se le coge el gusto, lo prometo.

Por mi parte, a lo largo de estos dos años como inmigrante he acabado, sin saber muy bien cómo, formando parte de diversas actividades de inmersión cultural. Sería imposible dar testimonio de las costumbres y filosofía de un determinado lugar sin mezclarse con los nativos en sus pasatiempos favoritos. Algunos ejemplos 100% dutchies en los que he acabado participando y que ahora me vienen a la cabeza (los que llevéis aquí un tiempo sabréis de sobra a qué me refiero) y en cuya coyuntura mis conocidos más antiguos se partirían de risa al descubrirme, son los siguientes:

- Formar parte de un picnic veraniego en el Voldenpark

- Asistir a todas y cada una de las partes de una boda holandesa

- Simular una genuina celebración de la fiesta de Sinterklaas

- Emborracharme y colarme en una casa ajena en el día de la reina

- Ir a la fiesta de cumpleaños de un vecino prácticamente desconocido

- Ayudar a un holandés durante una tarde entera de bricolaje innecesario

- Infiltrarme en un bar de dudosa reputación para descubrir a donde van a parar nuestros impuestos

- Meterme en el berenjenal de comprar un apartamento propio

Sin embargo la exploración y el turismo han quedado un poco de lado, así que si tenéis alguna sugerencia mejor o peor intencionada o queréis información de primera mano de alguna situación absurda en la que todavía no haya tenido el (dudoso) gusto de meterme por mi propio pie, no os cortéis en proponerme vuestro plan.

Esto ha sido todo por mi parte, ahora es vuestro turno de presentados y contar algo. Para terminar, como desear feliz año está muy manido, desde aquí os deseamos que en el año que está por venir logréis cumplir al menos uno de los miles de propósitos que atraviesan vuestras mentes el día de hoy. Y recordad siempre una cosa, todo lo que aquí se dice es verdad pero nada es digno de ser tomado en serio. Y gracias a todos por seguir este espacio.

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