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viernes, 19 de julio de 2013
Más raro que un perro rosa
¿Conocéis la expresión "más raro que un perro verde"? Pues ni falta que hace, porque los perros de colorines están pasando poco a poco de ser una figura metafórica en el imaginario popular a una realidad de pelo y hueso que camina por nuestras aceras. Sino ved lo que me topé el otro día paseando por mi barrio.
Mi barrio no es precisamente fashion y el vistoso can, cuyo intenso color la cámara no captó del todo, destacaba entre la multitud gris con su corte de pelo a lo uniforme de aerobic ochentero. El dueño, aparte de ingeniárselas para portar cuatro colores chillones distintos como quien no quiere la cosa (naranja, verde amarillo y, por supuesto, el rosa del perro) no parece a simple vista demasiado extravagante. ¿Qué lo habrá llevado a disfrazar al animal con un look así de ostentoso?
No sé a vosotros, pero a mi lo que me viene a la cabeza ante casos como éste es que estas cosas no suceden solas. Es lo que yo llamo el efecto peluquero de He-man. Me explico. Yo simplemente veo en la calle tu perro teñido de rosa. Pero para que este hecho haya podido tener lugar, tú antes has tenido que:
- Desear que tu perro sea rosa
- Dormir, levantarte, despejarte y a la luz del nuevo día seguir pensando que un perro rosa es una buena idea
- Emprender aciones al respecto: Localizar una peluquería canina especializada en estos desaguisados, que no creo que haya muchas, o ponerte a buscar por internet alguna página en donde comprar tintes fosforitos para perros.
- En el caso a) tener los santos cojones de decirle al peluquero que quieres que te pinte al can nada menos que de rosa Barbie. Para b) has de estar pendiente de cuando te llega el dichoso paquete y tal vez pasar el apuro de recogerlo en casa de algún vecino . Ambos a) y b) requieren un desembolso de dinero. Un perro rosa no es gratis.
- Si escogiste b) el proceso aún no ha terminado. Queda la parte más dificil, pues si teñir una cabeza humana ya es un coñazo, imaginemos teñir a todo un perraco, que además se mueve, patalea y corres el riesgo de que escape antes de tiempo de la pequeña tortura a la que lo somete el loco de su dueño y te embadurne de rosa chicle las paredes y el parqué.
¡Ya son ganas de tener un perro rosa!
¿Que os ha parecido el look del perro? ¿Se os ocurre algún motivo poderoso para hacer a vuestras mascotas pasar por todo este proceso?
A mi desde luego esta práctica de pintar animales no termina de convencerme. Tal vez sea porque me recuerda a aquellos tristes pollitos multicolor que se vendían años ha en las ferias de pueblo y se te morían a los dos días, no quiero recordar si intoxicados por la pintura barata o porque a los niños, que los veíamos como un juguete, ni se nos pasaba por la cabeza que había que darles de comer.
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